Cinco de las ocho quejas presentadas para la investigación en contra de la exdelegada federal, Lorena Cuéllar Cisneros por supuestos actos de corrupción provienen de personas que no existen y las otras tres corresponden a personal que labora en el Ayuntamiento de Totolac, siendo parte de la guerra sucia orquestada en su contra.
Por Pedro Sierra
Fueron varios boletines enviados desde la oficina de comunicación de la empresaria poblana, Dulce Silva Hernández en los que se acusaba a la diputada federal con licencia de haber incurrido en sabotaje en los programas sociales del gobierno federal, buscando manchar su imagen.
Y aunque las denuncias llegaron a las instancias correspondientes mediante diversos medios en el anonimato, se descubrió que en el caso de tres de las quejas son por parte de personal que labora en la presidencia municipal de Totolac, bajo el mando del polémico edil, Giovanni Pérez Briones, mejor conocido como el alcalde “Ebriones”.
Las otras cinco denuncias, simplemente fueron realizadas por parte de personas que no existen y que bajo el anonimato, buscaron contribuir a la campaña de desprestigio que fue emprendida contra la que lleva la delantera en todas las encuestas que se han realizado en Tlaxcala.
A partir de este sábado, Dulce Silva y su equipo deberán ser muy cuidadosos por uno de los puntos destacados dentro de la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), ya que en este se menciona que la guerra sucia no se permitirá y quienes la lleven a cabo podrían perder el registro o se les negaría.
Incluso existen pruebas de cómo el equipo de la poblana, envía boletines a favor de ella pero también para denostar a Lorena Cuéllar, lo cual ha sido exhibido en este medio.